Mi amigo Carlos, nos escribe el relato de sus ultimas fiestas Fickstutenmarkt en Berlin.....Muchas gracias.
A petición del autor de este blog, amigo mío, pasaré a relataros mi experiencia en la última fiesta “fickstutenmarkt” o “horsefair”, (ver: www.horsefair.de ), que se celebró en Berlín el último mes de Noviembre.
Debo deciros que he asistido a 4 ó 5 de estas fiestas y considero que han sido todas estupendas, entre otras cosas porque los alemanes son un pueblo con una educación exquisita y un sentido desarrolladísimo del respeto a las normas tanto cívicas como sociales. Bien, dicho esto, entro en materia, a las 4 primeras fiestas fui como activo, o sea de semental (stud o stuten, en inglés y alemán). Esto consiste en que puedes elegir al chulazo que quieras, generalmente alemán, aunque había también de otras nacionalidades , -y digo bien chulazo, porque en verdad había tíos estupendos, vamos, de estos que los ves y te caes desmayado-, y tirártelo, o sea follártelo cuantas veces quieras y en el lugar que quieras del garito donde se celebra la fiesta que se llama “kitkat”, (ver: www.kitkatclub.org). El kitkat es un local/fiesta que se fundó en los años 90, y que en Alemanía concentra lo mas transgresor, vicioso y alternativo referente al sexo tanto gay como heterosexual.
Después de haber vivido esta experiencia de activo en estas fiestas empezó a rondarme por la cabeza durante varios días qué tipo de movida o qué tipo de sentimiento o sensación/es podrían sentir los pasivos en este tipo de fiestas, y decidí empezar a plantearme asistir a la siguiente como pasivo, o sea como yegua (mare, en inglés). Fue una decisión lenta y muy muy meditada, hasta que un día me liberé de los complejos absurdos que tenemos muchos españoles y gays de mentalidad mediterránea, y tomé la decisión final.
Reservé el vuelo y el alojamiento para tres días y me fui a Berlín con todo organizado, debo deciros que durante el día estuve bastante nervioso, dándole vueltas y a punto de volverme atrás, pero pensé que hasta que no viviese esa experiencia no podría saber si me gustaba o no. El día de la fiesta, cuando llegó la hora, tomé el metro, me fui al kitkat, entré al garito a las 5.30, o sea una hora antes del cierre para los pasivos, me tomé dos cervezas y observé durante una hora al resto de yeguas, o sea pasivos, he de decir que la mayoría estaban bastante bien, y eran tíos jóvenes y de mediana edad.
Llegó la hora de empezar el show, elegí sitio, nos colocamos todos y sobre las 7 empiezan a entrar los activos o sementales. De 7 a 7.10, empecé a oir los gemidos y jadeos de tíos follando, y sobre las 7.15 noté que uno me empezaba a tocar el culo y a los 2 minutos tenía su rabo dentro, jeje, fue estupendo, era un tío con un rabo de unos 20 tantos centímetros y follaba muy bien, metiendo unas embestidas de muerte, (debo decir que los alemanes son muy buenos follando). Así unos 8 ó 10 tíos (perdí la cuenta, jeje) , hasta que acabé exhausto, yo y otros muchos. Después de varias horas de placer infinito, decid o irme, aviso a un “helper”, le solicito que me lleve a la zona de vestirse, pago las dos cervezas, me conducen a la puerta y me piro al hotel a tumbarme en la cama, exhausto pero a la vez contentísimo conmigo mismo por haber sido capaz de superar una barrera más (prejuicios y tabúes absurdos) a lo largo de mi vida.
Pd: para asistir a este tipo de fiestas, hay que saber algo de alemán, inglés o francés, desgraciadamente el español, en Berlín y Alemania no sirve de mucho....
A petición del autor de este blog, amigo mío, pasaré a relataros mi experiencia en la última fiesta “fickstutenmarkt” o “horsefair”, (ver: www.horsefair.de ), que se celebró en Berlín el último mes de Noviembre.
Debo deciros que he asistido a 4 ó 5 de estas fiestas y considero que han sido todas estupendas, entre otras cosas porque los alemanes son un pueblo con una educación exquisita y un sentido desarrolladísimo del respeto a las normas tanto cívicas como sociales. Bien, dicho esto, entro en materia, a las 4 primeras fiestas fui como activo, o sea de semental (stud o stuten, en inglés y alemán). Esto consiste en que puedes elegir al chulazo que quieras, generalmente alemán, aunque había también de otras nacionalidades , -y digo bien chulazo, porque en verdad había tíos estupendos, vamos, de estos que los ves y te caes desmayado-, y tirártelo, o sea follártelo cuantas veces quieras y en el lugar que quieras del garito donde se celebra la fiesta que se llama “kitkat”, (ver: www.kitkatclub.org). El kitkat es un local/fiesta que se fundó en los años 90, y que en Alemanía concentra lo mas transgresor, vicioso y alternativo referente al sexo tanto gay como heterosexual.
Después de haber vivido esta experiencia de activo en estas fiestas empezó a rondarme por la cabeza durante varios días qué tipo de movida o qué tipo de sentimiento o sensación/es podrían sentir los pasivos en este tipo de fiestas, y decidí empezar a plantearme asistir a la siguiente como pasivo, o sea como yegua (mare, en inglés). Fue una decisión lenta y muy muy meditada, hasta que un día me liberé de los complejos absurdos que tenemos muchos españoles y gays de mentalidad mediterránea, y tomé la decisión final.
Reservé el vuelo y el alojamiento para tres días y me fui a Berlín con todo organizado, debo deciros que durante el día estuve bastante nervioso, dándole vueltas y a punto de volverme atrás, pero pensé que hasta que no viviese esa experiencia no podría saber si me gustaba o no. El día de la fiesta, cuando llegó la hora, tomé el metro, me fui al kitkat, entré al garito a las 5.30, o sea una hora antes del cierre para los pasivos, me tomé dos cervezas y observé durante una hora al resto de yeguas, o sea pasivos, he de decir que la mayoría estaban bastante bien, y eran tíos jóvenes y de mediana edad.
Llegó la hora de empezar el show, elegí sitio, nos colocamos todos y sobre las 7 empiezan a entrar los activos o sementales. De 7 a 7.10, empecé a oir los gemidos y jadeos de tíos follando, y sobre las 7.15 noté que uno me empezaba a tocar el culo y a los 2 minutos tenía su rabo dentro, jeje, fue estupendo, era un tío con un rabo de unos 20 tantos centímetros y follaba muy bien, metiendo unas embestidas de muerte, (debo decir que los alemanes son muy buenos follando). Así unos 8 ó 10 tíos (perdí la cuenta, jeje) , hasta que acabé exhausto, yo y otros muchos. Después de varias horas de placer infinito, decid o irme, aviso a un “helper”, le solicito que me lleve a la zona de vestirse, pago las dos cervezas, me conducen a la puerta y me piro al hotel a tumbarme en la cama, exhausto pero a la vez contentísimo conmigo mismo por haber sido capaz de superar una barrera más (prejuicios y tabúes absurdos) a lo largo de mi vida.
Pd: para asistir a este tipo de fiestas, hay que saber algo de alemán, inglés o francés, desgraciadamente el español, en Berlín y Alemania no sirve de mucho....
Carlos
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