Relato, domingo 27 octubre sauna Octopus
He recibido por el Formulario de contacto un buen comentario de un lector Jose, que cuenta su visita después de años en la Sauna Octopus. Aquí lo tenéis.
Sigo este blog desde hace años, aunque nunca he participado activamente.
Antiguamente iba mucho a locales de sexo, fui mucho al Hell, al Querelle,
al Eagle, al Odarko y al Strong, que antiguamente, en mi opinión, tenía
algo de misterioso y excitante.
Le perdí el gusto también a las saunas, solamente quedaba una a la que iba
en Roma, que por desgracia cerró durante la pandemia.
Ayer, un domingo fresco y soleado en Madrid, y habiendo acabado ya mis
tareas sobre las 14.00, me descubrí, después de comprobar que no había
tarde nudista en el Bear Bar, con la inquietud de ir a la sauna Octopus, la
conocía sólo de una vez y de hace unos 10 años. Las demás saunas ni se me
pasaron por la cabeza, sobre todo por el tipo de hombre que me gusta y que
soy. Además de que viviendo en Chueca, la tengo a un tiro de piedra.
Siempre me he puesto nervioso al acudir a un local de sexo. La excitación y
la incertidumbre de qué encontraré hacen que muchas veces me cueste dar el
paso e ir. Ayer tuve mis más y mis menos conmigo mismo y a eso de las 15.00
me decidí a ir a Octopus. No había comido aún, y pensé que era mejor así
para aguantar mejor las posibles folladas que me dieran y los cambios de
temperatura. Por otro lado, quería ir cuanto antes, ya que los domingos
tarde, este tipo de sitios se pone a tope, con lo cual en mi opinión, se
pierde magia, además de que se liga menos.
Así que, con los nervios de un principiante me fui a Octopus.
Debo decir que me gustó mucho la atención del chico de la puerta, muy
amable y disponible, me encontré con una máquina en la que había que pagar,
y con las gafas empañadas por el calor no veía nada y el chico se ofreció a
salir de su cabina para ayudarme.
El ambiente me gustó al entrar, ni mucho ni poco público, me cambié y
exploré toda la sauna para recordar cómo era y explorar sus posibilidades.
La planta de arriba no me gustó mucho, había cabinas ocupadas con tíos
dentro esperando, es algo que nunca lo he encontrado excitante. La planta
de abajo sí me gustó.
Fui a las duchas, más por hacer algo que por otra cosa, ya que venía recién
duchado de casa, y se puso a ducharse pegado a mí un chico que era el más
guapo de los hombres que había visto hasta el momento. Buen cuerpo, guapo
de cara, atrevido y con polla no demasiado grande, perfecta para que me
entrara. Estábamos solos en las duchas y nos empezamos a tocar, y enseguida
nos fuimos a una cabina. El encuentro fue rápido pero perfecto, él es
activo, yo pasivo, y tras una breve mamada, me folló. Se corrió rápidamente
y nos fuimos cada uno por nuestro lado.
Al llegar de vuelta a las duchas me encontré con un amigo, no le reconocí
hasta que él no me saludó, intercambiamos un par de frases y tras una ducha
me fui a la sauna de vapor, que siempre me ha parecido el sitio más morboso
de las saunas.
Allí estuve un rato sentado, analizando el sitio, viendo cómo la gente se
metía por el corredor del fondo y para allá que me fui. Me daba mucho morbo
el roce de los cuerpos, pollas y culos húmedos y resbaladizos al cruzarse
por el corredor y me quedé al lado de un tío que me ponía mucho, de mi edad
o tal vez algún año mayor que yo, con buen cuerpo, guapo y la silueta de
una polla erecta. Me acerqué a tocarle poco a poco y se dejó, así que tras
unos toques más me agaché a mamarle, con su mano bajó por la espalda hasta
mi culo y yo se lo ofrecí para que lo tocara, me metió un dedo y me fui
calentando más y más. El también me la comió un poco, y mientras lo hacía,
me metía el dedo en el culo. Yo estaba a mil. Me giré para que me follara y
poco a poco la metió. Me agaché para que entrara mejor, y me encontré con
un pollón enorme en la cara, que empecé a chupar con ganas. No bebo y no me
drogo, y sin embargo en ese momento era casi como si estuviera borracho de
placer. Subí a besar al chico de la polla enorme y reconocí a un antiguo
amigo-ligue, pero como él no daba muestras de conocerme tuve dudas. Estuve
a punto de correrme varias veces, con el tío bueno follándome y recibiendo
las caricias y la polla de mi antiguo amigo en la boca. El calor pudo con
todo, me agobié y tuve que salir.
Había mucha más gente ya. La sauna seca parecía el metro en hora punta. En
la zona de las duchas ligoteé con un chico guapísimo y nos fuimos a
magrearnos a la sauna de vapor. He de decir que las cabinas no me gustan
mucho y si puedo las evito. Sin embargo, a pesar de que me gustaba mucho y
le comí la polla y el culo, no tuvimos feeling y nos separamos.
Me subí entonces al bar a tomar una 0,0. Me sorprendió que había que pagar
directamente en barra y no a la salida. Alli apareció el amigo al que me
había encontrado al principio y estuvimos charlando un rato. Después de la
cerveza nos bajamos a duchar, yo con la intención de irme ya que se me
habían ido las ganas de sexo. Pero con las duchas me animé y le propuse a
mi amigo una mamada en la sauna de vapor. Se sentó en la grada superior y
cómodamente y con cariño, le hice una mamada hasta que me dio su leche, que
por supuesto me tragué.
Nos separamos de nuevo, y me quedé remoloneando entre tantísima gente que
había ya. Paseé por diferentes sitios buscando algo más, pero no lo
encontré hasta que en la sauna de vapor, un chaval, de los más jóvenes que
vi, con muy buen cuerpo y con apariencia de calzar bien, me siguió hasta el
corredor y allí le estuve comiendo la polla, que efectivamente era pollón,
un rato, hasta que el calor otra vez, me hizo parar y salir. Ya contento,
me duché y me fui feliz a mi casa. Me lo pasé de maravilla y salí con una
sensación muy buena. Espero repetir pronto.
Atentamente,