Excelente relato de Luis Marck de una noche en The Ring, en junio.

Pongo como post, este último comentario de Luis Mark,  de una noche muy muy animada, en The Ring:

"Junio en Madrid, era la primera vez en el año que ya se sentía calor.

El Ring antes del orgullo está a rebosar de maromos increíbles, la gente se cuida de cara al verano y se nota. Cuerpazos y mucho, mucho sexo en aquella noche de vicio en Madrid. Yo llegaba cansado de un fin de semana más que movido y por primera vez en mucho tiempo, con muchas ganas de ser pasivo.

Llegué y me embadurne el culo bien de lubricante, la noche empezó muy temprano y acabo muy tarde, maromos por aquí y por allá, lo pase genial con varios cachitas y con un holandés muy muy alto con una polla descomunal. Follé sin parar durante varias horas, y lo pase genial.

Ya tarde me voy al baño a darme un poco de agua, el sudor caía por cada musculo de mi cuerpo, estaba empapado y con todo el cuerpo en tensión. Era tarde y mi culo, mal herido no daba para más. Es hora de irse para casa.

Pero cuando estaba en frente de aquel espejo del baño sale del otro baño un morenazo guapísimo, un chico alto, con barba y muy delgadito. No diría que era el típico chico que me gusta, pero nada más verle me giré y pensé “este maromo tiene que ser mío”. El salió del baño, pero antes de salir ya me fijé que se quedó mirándome así que salí detrás de él, al pasar el pasillo le veo allí parado y sigo avanzando para no agobiarle, aunque pronto veo que sale detrás de mí a la zona del sling. Allí me doy la vuelta y cojo un poco de lubricante y me lo meto bien a fondo en el culo, no deja de mirarme. Ya es mío – pensé.

Poco a poco me voy acercando a él, corcho que alto es, y me acerco más y más hasta que empiezo a besarle y acariciarle, él está muy serio, pero le gusta… cuando me acero a su polla empiezo a jugar con ella, bastaron unos pocos segundos entre mis manos para que aquella polla fuera creciendo, y creciendo, y creciendo… se le puso durísimo el pollón y yo pensé “oh, tenías que haberte ido a casa Luis”. Voy poco a poco besando su cuerpo hasta llegar a su polla para hacerle una mamada, el cabrón me coge la cabeza y me aprieta cada vez contra su polla, me estaba ahogando y el pollón había doblado la garganta y casi me hace vomitar, entre lagrimones saco la boca, pero no le falta mucho para ponerme contra el banco que hay en el sling y ponerme a cuatro patas, allí empieza, sin ninguna delicadeza a metérmela bien al fondo. El sonido del banco moviéndose a cada brutal embestida se oía en todo el local, era un sonido metálico que solo quedaba eclipsado por mis gritos, porque me estaba muriendo de gusto y de algo de dolor, aunque su polla apuntaba para arriba con la postura me estimulaba la próstata hasta que me corrí con esa sensación.

Atraídos por mis gritos el sling se llena de gente que no para de tocarme, a mí me despista y me molesta, así que le pido de ir a un reservado y él accede encantado. Allí, ya más tranquilos nos ponemos muy cerdos, creo que los aromas, el calor y la noche me volvieron medio loco, le comía el pollón hasta casi ahogarme y follamos y nos besábamos sin parar. Cuando me pone a cuatro patas a pesar de mi fuerza me costaba que no me empotrará contra la pared, pollazo tras pollazo vuelvo a sentir mi próstata a mil y me vuelvo a correr, él está esperando correrse y parece que no puede más, así que le digo que lo haga porque yo no aguanto más. En un momento se corrió con unos gritos increíbles dentro de mi culo.

Todo se hubiera quedado allí, en una bonita noche con un morenazo de escándalo, pero cuando bromeamos después de corrernos , él sonrió por primera vez, no le había visto sonreír hasta entonces, aquella sonrisa iluminó la sala medio oscura donde estabamos. Y yo lo único que supe en ese momento es que quería volver a esa sonrisa otra vez.

A mi amigo Alvaro, que me enseño que las personas especiales aparecen en los lugares más increíbles."